'Blancanieves'
- Pablo Berger, 2012
Sin
duda es la película del momento en nuestro país, la que llena las revistas,
periódicos y medios digitales relacionados con el mundo del séptimo arte. Pablo
Berger ha conseguido muchas cosas con su última película, para muchos quizás la
más importante sea su selección para luchar por el Oscar a Mejor película de
habla no inglesa. Pero para mí ha conseguido algo mucho más importante:
reivindicar el cine español.
Blancanieves es una versión libre del
cuento de los hermanos Grimm ambientada en la España de los años 20. En ella
Carmen, hija de un torero y una cantaora de flamenco que fallece al dar a luz,
sufre una terrible infancia atormentada por su madrastra Encarna.
Pablo
Berger nos ofrece una vuelta de
tuerca al cuento convencional al que estábamos acostumbrados y no solo eso,
sino que también ofrece un estilo que hasta el estreno el año pasado de The Artist no estábamos acostumbrados a
ver en el cine actual. Y es que rodar una película muda en blanco y negro en
pleno siglo XXI es un acto valiente que merece todo el respeto por parte de la
gente que amamos este arte. La
película de Berger ha coincidido también en un año en el que abundaban las
adaptaciones sobre el cuento de los hermanos Grimm. Blancanieves y la leyenda del cazador o Blancanieves (Mirror, Mirror) también son versiones libres del
cuento pero con un objetivo comercial, y un presupuesto mucho mayor que en la
cinta española. Pero sería injusto
comparar la película de Berger con las nombradas anteriormente y, sobre todo,
compararla con la cinta de Michel Hazanavicius ya que ambas de una
forma u otra son únicas e incomparables.
Berger
realiza un ejercicio de estilo que se convierte en una oda al flamenco, a la
cultura y sobre todo al pueblo español de los años 20. Todo está planificado de
una manera milimétrica para que nada quede al azar guiando al espectador
por una experiencia no solo visual sino también musical y cultural. La música,
el baile flamenco, las ropas típicas andaluzas , Berger une todos estos
elementos para ofrecernos una de las
películas más interesantes que ha dado el cine español. En Blancanieves también hay sitio para el toreo, esa tradición
española con la que no simpatizo pero que en la película consigue olvidarse de
su parte más violenta para ofrecernos su parte más “artística”.
Blancanieves
está rodada de una manera impoluta, sin grietas, pero detrás de una película no
está solo la dirección como todos sabemos. Todo el reparto está maravilloso
destacando a una Maribel Verdú superlativa que consigue transmitir el mismo
miedo a nuestra protagonista que a los espectadores. La iluminación también
ejerce un papel fundamental en una película en las que las luces y las sombras
recuerdan a las de las películas de Fritz Lang y el expresionismo alemán.
No
quiero acabar esta crítica sin destacar una de las piezas fundamentales en la
elaboración de una película, el montaje. Tras el montaje esta esa persona, ese
director en la sombra que moldea y da forma a la película hasta convertirla en
lo que al final veremos los espectadores, en Blancanieves esa persona se llama Fernando Franco y
en
febrero el Goya a Mejor montaje llevará su nombre. Blancanieves es cine,
música, baile y cultura pero sobre todo es lo mejor que ha visto el cine patrio
en mucho tiempo y esto, en los tiempos que corren, ya es algo que celebrar.
Trailer
Nota: 8/10
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