‘El Hobbit: Un viaje inesperado’ – Peter
Jackson, 2012
Once años nos separan desde la primera vez que Peter Jackson decidió mostrar al
público los secretos y criaturas de la Tierra Media. Tras elincuestionable éxito que obtuvo la trilogía
de El Señor de los Anillos, tanto de
taquilla como de crítica, Peter Jackson nos vuelve a llevar de viaje por la Tierra
media en la adaptación de El Hobbit: la
historia de Bilbo Bolsón; que en compañía del mago Gandalf y de trece enanos,
emprende un viaje a través del país de los elfos y los bosques de los trolls,
desde las mazmorras de los orcos hasta la Montaña Solitaria, donde el dragón
Smaug esconde el tesoro de los Enanos. Finalmente, en las profundidades de la
Tierra, encuentra el Anillo Único, hipnótico objeto que será posteriormente
causa de tantas sangrientas batallas en la Tierra Media.
Un
viaje a los orígenes de la Tierra Media y de algunos de los personajes más
característicos de la saga de Jackson, así se podría definir El Hobbit: un viaje inesperado. Como no
podía ser de otra forma nuestra aventura comienza en ese lujoso agujero en la
tierra llamado Bolsón Cerrado.La vuelta
a Bolsón Cerrado ejerce de prólogo para situarnos en el tiempo y conocer a los
que serán nuestros acompañantes durante los –larguísimos- 170 minutos de
metraje.
No es nada nuevo hablar de lo recurrente que es en el cine
español hablar la Guerra Civil. Son muchas las películas que durante
muchos años han profundizado en este tema, de una manera u otra, intentando
darle un nuevo enfoque. Sin embargo, poco a poco, este asunto se convirtió en
algo demasiado recurrente en las producciones españolas que veían como se
agotaban las ideas para enfocar de manera distinta el conflicto.
En el año 2006 Guillermo del Toro nos ofreció un soplo de
aire fresco en lo relacionado con las películas sobre esta época de
nuestra Historia, más concretamente con la posguerra. Ese soplo se llamó El
laberinto del fauno. En ella una niña se evadía del conflicto gracias a un
mundo fantástico en el que ella es la princesa de un reino repleto de seres
fantásticos.
‘El chef, la receta de la felicidad’ –
Daniel Cohen, 2012
Es
curioso ver como la carrera de Jean Reno se ha movido a lo largo de su vida
entre las comedias y las películas de acción. El actor francés, al que
conocemos más por su faceta de tipo duro, ha sabido moldearse y hacer películas
tanto de un género como de otro, unas más afortunadas que otras. El chef, la
receta de la felicidad es la ópera prima de Daniel Cohen y supone otra
incursión de Jean Reno en la comedia.
La
película narra la historia del joven Jacky Bonnot que sueña con triunfar en un
gran restaurante. Pero su precaria situación económica le obliga a aceptar
trabajos como cocinero que ni siquiera consigue conservar. Un día se cruza en
su camino Alexandre Vauclair, un célebre chef, cuya acomodada posición se ve
amenazada por el grupo financiero propietario de sus restaurantes.
La
comedia romántica es uno de los géneros cinematográficos que a día de hoy más
intenta renovarse y ofrecer a los espectadores cosas nuevas. En los últimos
años estas ganas de reinventarse han sido plasmadas en películas de corte indie
como (500) días juntos o la reciente Ruby Sparks, que
buscaban renovar el género haciendo comedias inteligentes para así atrapar un
público mayor. Así como es uno de los géneros que más opta por innovar esa innovación
puede convertirse, en ocasiones, en un arma de doble filo y convertir una
película en una auténtica tontería.
Precisamente
esta arma de doble filo es con la que se topa Gerard Butler quién en Un buen
partido da vida a un exjugador de fútbol que tras haber alcanzado en Europa
un gran éxito profesional y mediático viaja a los Estados Unidos con la
intención de reconciliarse con su exmujer y con su hijo. Para empezar, decide
entrenar al equipo infantil en el que juega el niño para intentar ganarse su
cariño y el de su exmujer.
La
carrera de Constantin Costa-Gavras puede transmitirnos muchas cosas. Sin duda
una de ellas, que se palpa en muchas de sus obras, es su crítica hacia los
poderosos y la opresión que estos realizan al pueblo. Este tema ha sido muy
recurrente en la filmografía de Costa-Gavras, películas como Z., La
confesión o Missing (Desaparecido) son
un claro ejemplo del compromiso social y políticodel director griego.
Con El capital Costa-Gavras nos muestra su
particular visión de la crisis a través de la historia del
imparable ascenso de Marc Tourneuil, un prescindible sicario del capital que se
convierte en su indiscutible amo y señor.Un manifiesto contra la crisis, pero sobre
todo contra sus principales responsables, que recuerda a películas como Margin Call o el documen Inside Job.
La morriña es un término gallego que define la nostalgia de
la tierra amada, que se siente cuando estando lejos, algo te recuerda a tu
tierra natal. Para un gallego afincado en Madrid como yo, este sentimiento muy
típico nuestro es algo que, de vez en cuando, suele darse. Invasor tiene
muchas escenas rodadas en A Coruña y sus afueras, lugares que desde mi infancia
han estado presentes en mi día a día y que, al aparecer en una película, hacen
que me resulte imposible no esbozar una sonrisa.
Invasor cuenta la historia de Pablo, un médico
militar español destinado en misión de paz a la guerra de Irak del 2003. En una
salida rutinaria en el desierto su convoy es atacado. Refugiado en una casa
perdida junto a su compañero Diego, ambos se ven envueltos en una lucha
inesperada que casi les cuesta la vida. A su vuelta a España y aún
convaleciente, Pablo es condecorado por su valor en el campo de batalla. Pero
la culpa le corroe por dentro y una amnesia temporal le impide recordar lo que
realmente ocurrió. Pablo deberá descubrir lo sucedido en Irak y entonces
decidir entre destapar lo ocurrido o apoyar la versión oficial.
Hoy
se estrena en España César debe morir
la última película de los hermanos Taviani que ha sido galardonada, en la
pasada edición del Festival de Berlín, con el Oso de Oro. Con motivo de esto y
de la inauguración del 5º Festival de Cine Italiano que comienza hoy en Madrid,
donde se les otorga el premio a toda su carrera, pudimos asistir a la rueda de
prensa que ofreció Paolo Taviani tras el pase de su última película.
“Vittorio y yo, hemos hecho esta película
con mucha pasión y esta situación, nada habitual, en la que hemos trabajado ha
sido un episodio único en nuestra joven vida”afirmaba a sus 81 años el menor de los Taviani en referencia a
su última película, en la que un grupo de reclusos (curiosamente, presos reales
y no actores) representan la obra Julio
César de Shakespeare en el taller de teatro de una cárcel.Es
curioso ver como actores no profesionales se desenvuelven tan bien durante la
película y, en palabras del propio Taviani: “estos actores han puesto en la interpretación de sus personajes las
terribles experiencia que han vivido”.
Hacer películas basadas en historias reales es una manera de
atraer al público, esto es un hecho. En los albores del cine este medio era
utilizado para contar historias, en su mayoría ficticias, pero cada vez son más
las películas que cuentan historias reales, unas más interesantes que otras. Persiguiendo
Mavericks narra la historia del fenómeno del surf Jay Moriarity. Cuando, a
la edad de 15 años, Jay descubre que las míticas olas conocidas como 'Mavericks',
unas de las más descomunales del planeta, se aproximan a su hogar de Santa
Cruz, donde van a romper, busca la ayuda del legendario Frosty Hesson para que
lo entrene y así poder sobrevivir a dicho fenómeno.
Desgraciadamente, y aunque no nos sorprende, la película de
Curtis Hanson (sí, el mismo que hizo L.A. Confidential) pertenece
a ese grupo de filmes que cuentan una historia real que nos interesa poco, por
no decir nada, y que aunque traten un deporte tan bonito como es el surf, no
consigue transmitirnos nada.
En
el cine, a veces, esos pequeños avances que conocemos como trailers nos juegan
una mala pasada. No me malinterpretéis, con esto no quiero decir que dichos
avances sean una lacra que haya que exterminar, sino que en ocasiones los
trailers, de manera tramposa, prometen cosas que no son las que luego vemos en
la pantalla. Soy el primero al que el hype se le sube a la cabeza cuándo
sacan un trailer de algún proyecto que me produce interés, sin embargo, y
puesto que ya no es la primera vez que me pasa, procuro no emocionarme para
luego no lamentarlo.
Esto es lo que ha pasado con Fin. No es que
esperase con ansia esta cinta pero si que tenía cierta curiosidad por ver como
se desenvolvía un director español en el género apocalíptico. Fin cuenta
la historia de un grupo de amigos que se reúnen para rememorar la noche que
vivieron quince años antes en un refugio de montaña. Tras un inesperado apagón,
descubren que las estrellas brillan más de lo habitual. A la mañana siguiente,
uno de ellos desaparece sin dejar rastro...
Cada persona es un mundo y no es algo nuevo que en el cine
haya directores tan diferentes entre sí. En una profesión tan artística es
lógico que cada realizador tenga sus propias manías, gustos y formas de realizar
un producto audiovisual como es una película. Así como hay muchas maneras de realizar una
película también son muchas, y muy distintas, las preocupaciones e inquietudes
que un director quiere expresar en la pantalla.
Si por algo ha brilladoKen Loach es por plasmar en la pantalla sus preocupaciones sobre la
sociedad, y por ello ha destacado en lo que se conoce como cine social. Su cinta
La parte de los ángeles, constituye
su última aportación a este tipo de cine y en ella nos trae la historia deRobbie, un joven de Glasgow que acaba de ser
padre y jura que el niño jamás llevará la terrible vida que ha llevado él. En
los servicios de la comunidad, Robbie conoce a Rhino, Albert y Mo, unos chicos
que también tienen dificultades para encontrar trabajo. Harry, el educador que
les han asignado, los inicia en secreto en el arte de paladear whisky. Robbie
descubre que tiene verdadero talento de degustador y muy pronto es capaz de
identificar los destilados más caros y selectos.
En los últimos meses las carteleras españolas han estado
plagadas de producciones españolas, nombres como Fernando Trueba, Pablo Berger
o Juan Antonio Bayona han estado a la orden del día en cualquier medio que se
dedicase a hablar un poco sobre el panorama actual del cine español.
Con Vulnerables
llega a las salas españolas la ópera prima de Miguel Cruz Carretero, una cinta
de terroren la que tras un parto
prematuro, Carla, una madre primeriza, se mudará a la vieja finca familiar
manchega, pero allí se verá obligada a enfrentarse a los fantasmas del pasado.
Faltan unos meses para que se saque la alfombra roja y los
flashes inunden el Dolby Theatre, antes conocido como
Kodak Theatre,en la que será la 85a
ceremonia de la gala de los Oscar. Aun queda mucho tiempo y muchas películas por
estrenarse parasaber a ciencia cierta
quién será la gran favorita de esta edición de los Oscar, pero tras su paso por
los festivales más prestigiosos de Europa hay un nombre que destaca sobre el
resto: Argo.
Argo es, tras Adiós
pequeña, adiós y The Town (Ciudad de
ladrones), la tercera vez que Ben Affleck se pone tras la cámara y en ella
nos cuenta la historia de los sucesos que acontecieron en 1979 cuando la
embajada de los Estados Unidos en Teherán fue ocupada por un grupo de iraníes,
tras esto la CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación para
rescatar a seis diplomáticos estadounidenses. Con este fin se recurrió a un
experto en el arte del disfraz y se preparó el escenario para el rodaje de una
película ("Argo"), en la que participaba un equipo de cazatalentos de
Hollywood.
Creo
que no hay nada que defina mejor La isla de los olvidados como el
eslogan que puede leerse más arriba. Ese eslogan, lema nacional de Suiza
(aunque la mayoría lo conozcamos por Los Tres Mosqueteros), es una llamada a la
unidad, a unir fuerzas contra algo que uno solo no puede conseguir.
Precisamente es esta unidad la que tendrán que aprender un grupo de chicos,
entre los 11 y los 18 años, que en la isla de Bastøy, en el fiordo de Oslo,
viven bajo el despótico poder de un superintendente y sus guardias en una
especie de reformatorio. En lugar de recibir una educación, son explotados como
mano de obra barata. A la isla llega el joven Erling que es trasladado a
la isla para lo que el director del reformatorio llama "reeducación"
y desde su llegada hay algo que se convertirá en su obsesión: huir.
La estructura de la película, así como su argumento,
recuerda en muchas cosas a las películas de cárceles como Fuga de Alcatraz,Cadena Perpetua o El expreso de medianoche (manteniendo las
distancias, claro está). La obsesión por huir de un sitio donde el maltrato
tanto físico como psicológico están a la orden del día llevará a nuestro
protagonista a enfrentarse a la peor cara del ser humano. Liderados por un duro
director, interpretado notablemente por Stellan Skarsgård, los funcionarios de
este reformatorio no dudan en poner en práctica cualquier tipo de castigo para
la represión de los jóvenes.
Suele
ser en las situaciones más duras cuando salen a relucir las virtudes del ser
humano, a pesar de las numerosas calamidades a las que está sometido tanto
nuestro protagonista como sus compañeros esto no consigue hacer otra cosa más
que fortalecerlos y fortalecer una unión que de entrada era inexistente.
A
medida que la cinta avanza nuestros protagonistas van conociéndose mejor y van
dándose cuenta de que, pese a lo distintos que puedan ser, tiene razones de
sobra para unirse. Quizás la falta de caras conocidas, a excepción de Stellan Skarsgård,
consigue transmitir mucho más ese drama y esa dureza a la que están sometidos.
La atmósfera de La isla de los olvidados, fría y solitaria, propia de la
mayoría del cine que se realiza en los países nórdicos dota a los personajes de
un armazón con el que ocultan sus sentimientos y emociones. Será este armazón
el que poco a poco vaya desapareciendo llegando así a forjar entre ellos una
amistad que se verá fortalecida en su maravilloso clímax final. Es en esa última media hora de metraje en la que no solo vemos la preocupacion de los
personajes por escapar, sino que también vemos en ellos el miedo a convertirse
en eso que más odian. Acompañada toda ella por una música preciosa, La isla
de los olvidados demuestra, una vez más, que una película puede ser
desgarradora y preciosa a la vez y que para cambiar algo se necesita que cada
uno aporte su grano de arena.
La isla de los
olvidados se estrena el 19 de Octubre.
A veces, últimamente más a menudo, la naturaleza nos muestra
esa cara que menos conocemos pero que cada año, de una forma u otra, abre los
telediarios y copa las portadas de los periódicos. En el año 2004 lo que abrió
los telediarios fue precisamente una de estas caras: un tsunami arrasaba la
costa de Tailandia dejando la estremecedora cifra de 5.395
fallecidos.
Juan Antonio Bayona recrea este suceso
a través de la historia real de una familia española, aunque se cambian algunos
nombres y los apellidos, que lo vivió en primera persona.Naomi Watts y Ewan McGregor se ponen en la
piel del matrimonio en esta producción española rodada en inglés y que se ha
convertido en el mejor estreno de la historia de España con 8,6
millones el primer fin de semana.
Todos conocemos y sabemos desde hace
años la afición de los cineastas por contar catástrofes ya sean naturales o de
carácter apocalíptico. Aunque son un tipo de películas que en los últimos años
han estado más presentes desde siempre el cine ha tenido esa afición por mostrar
la destrucción de la tierra y de la vida humana, véase ¡Viven!,Titanic , Deep Impact, La tormenta perfecta o 2012.Pero son pocas las cintas de este tipo en las
que se deja en un segundo plano la espectacularidad de la catástrofe para dar
prioridad a aquellos que la sufren y padecen.
Juan Antonio Bayona
no se olvida de la parte catastrófica y más impactante del desastre y ofrece,
en sus primeros 20 minutos, una máster
class de dirección en la que se muestra
la cara más dura y terrible de la naturaleza así como el paisaje desolador que
deja a su paso. La diferencia de esta
cinta con el resto o al menos con la mayoría, de las películas de este tipo, es
el tratamiento que el director da a la historia destacando en ella el aspecto
humano que unido con la maravillosa música deFernando Velázquez y las interpretaciones de sus protagonistas, y aquí
quiero destacar a Tom Holland en el papel del hijo mayor del matrimonio,
confeccionan una preciosa cinta sobre la lucha por sobrevivir.
Sin caer en el morbo excesivo y mostrando lo justo y
necesario de violencia, Bayona nos muestra la lucha de una de las tantas
familias que ese día vieron como sus vidas pasaban por delante de sus ojos
arrastradas por una ola de proporciones apocalípticas .
Sin duda Lo Imposible es
una de las mejores cintas a nivel emocional e interpretativo sobre catástrofes
naturales. McGregor y Naomi Watts están magníficos pero quienes llamaron mi
atención fueron esos tres jóvenes actores queinterpretaban a los hijos del matrimonio y fueron ellos quienes con sus actuaciones sentidas y tiernas consiguieron emocionarme y hacer que
recupere la fe en el ser humano. Para el recuerdo quedará esa escena en la que
Tom Holland, al más puro estilo Cadena de favores,
ayuda a otros afectados por la catástrofe a buscar a sus seres
queridos o esa otra en la que uno de los hijos menores del matrimonio conversa
con Geraldine Chaplin.
Quizás lo que se eche de menos en Lo Imposible es ver la otra cara del desastre, la de los habitantes
de esa zona de Tailandia que en el filme no se muestra. Quizás fuese eso unido a unas altas expectativas, promovidas por la gran campaña de marketing de
Mediaset, lo que hizo que no saliese del cine demasiado emocionado.No salí demasiado emocionado pero puedo decir
que, una vez más, este año salí de la sala orgulloso de nuestro cine.
Sin
duda es la película del momento en nuestro país, la que llena las revistas,
periódicos y medios digitales relacionados con el mundo del séptimo arte. Pablo
Berger ha conseguido muchas cosas con su última película, para muchos quizás la
más importante sea su selección para luchar por el Oscar a Mejor película de
habla no inglesa. Pero para mí ha conseguido algo mucho más importante:
reivindicar el cine español.
Blancanieves es una versión libre del
cuento de los hermanos Grimm ambientada en la España de los años 20. En ella
Carmen, hija de un torero y una cantaora de flamenco que fallece al dar a luz,
sufre una terrible infancia atormentada por su madrastra Encarna.
Pablo
Bergernos ofrece una vuelta de
tuerca al cuento convencional al que estábamos acostumbrados y no solo eso,
sino que también ofrece un estilo que hasta el estreno el año pasado de The Artist no estábamos acostumbrados a
ver en el cine actual. Y es que rodar una película muda en blanco y negro en
pleno siglo XXI es un acto valiente que merece todo el respeto por parte de la
gente que amamos este arte. La
película de Berger ha coincidido también en un año en el que abundaban las
adaptaciones sobre el cuento de los hermanos Grimm. Blancanieves y la leyenda del cazador o Blancanieves (Mirror, Mirror) también son versiones libres del
cuento pero con un objetivo comercial, y un presupuesto mucho mayor que en la
cinta española.Pero sería injusto
comparar la película de Berger con las nombradas anteriormente y, sobre todo,
compararla con la cinta de Michel Hazanavicius ya que ambas de una
forma u otra son únicas eincomparables.
Berger
realiza un ejercicio de estilo que se convierte en una oda al flamenco, a la
cultura y sobre todo al pueblo español de los años 20. Todo está planificado de
una manera milimétrica para que nada quede al azar guiando al espectador
por una experiencia no solo visual sino también musical y cultural. La música,
el baile flamenco, las ropas típicas andaluzas , Berger une todos estos
elementospara ofrecernos una de las
películas más interesantes que ha dado el cine español. En Blancanieves también hay sitio para el toreo, esa tradición
española con la que no simpatizo pero que en la película consigue olvidarse de
su parte más violenta para ofrecernos su parte más “artística”.
Blancanieves
está rodada de una manera impoluta, sin grietas, pero detrás de una película no
está solo la dirección como todos sabemos. Todo el reparto está maravilloso
destacando a una Maribel Verdú superlativa que consigue transmitir el mismo
miedo a nuestra protagonista que a los espectadores. La iluminación también
ejerce un papel fundamental en una película en las que las luces y las sombras
recuerdan a las de las películas de Fritz Lang y el expresionismo alemán.
No
quiero acabar esta crítica sin destacar una de las piezas fundamentales en la
elaboración de una película, el montaje. Tras el montaje esta esa persona, ese
director en la sombra que moldea y da forma a la película hasta convertirla en
lo que al final veremos los espectadores, en Blancanieves esa persona se llama Fernando Franco y
en
febrero el Goya a Mejor montaje llevará su nombre. Blancanieves es cine,
música, baile y cultura pero sobre todo es lo mejor que ha visto el cine patrio
en mucho tiempo y esto, en los tiempos que corren, ya es algo que celebrar.
Desde hace unos años en el cine de terror se ha puesto de
moda un recurso del que actualmente se está abusando: el falso documental. En
un género como el terror es dónde más se puede aprovechar el falso documental y
si a todo esto añadimos que está de moda utilizar la cámara en mano para dotar
a estas películas de una alta dosis de realidad ya tenemos la fórmula de lo que
hoy se considera cinta de terror. El director de Paranormal Activiy, Oren
Peli , produce este intento de repetir la fórmula que en 2007 le hizo arrasar
en taquilla para contarnos la historia de un grupo de amigos que están pasando
las vacaciones en Europa van a a parar a Prypiat, una ciudad abandonada, donde
se refugiaron después del accidente los trabajadores de la central nuclear de
Chernobil.
No he visto Paranormal Activity, ni tengo ganas, pero
no hace falta ver esta o cualquier otra cinta de terror de los últimos años
para darse cuenta de la saturación a la que se están sometiendo a este
género. También es cierto que dentro de los falsos documentales de terror
grabados con cámara en mano hay alguno que se salva como por ejemplo la primera
parte de [REC].
Seguramente el éxito de Paranormal Activity ha hecho
que su director vuelva a buscarlo con una fórmula parecida. En defensa de Oren
Peli solo voy a decir que por lo menos su anterior película presentaba un
argumento interesante, lo malo es que Atrapados en Chernobil no ofrece
ni eso.
Aunque no toda la cinta está rodada con cámara en mano si
que hay partes que las que el director utiliza este recurso, un recurso
aburrido y que no solo no consigue crear tensión, algo ausente durante todo el
metraje, sino que también marea y cansa. A medida que avanza la cinta nos va
dejando cada vez más claro que la mayoría de los adolescentes americanos que
salen en películas de este tipo o bien son tontos o se esfuerzan mucho por parecerlo.
Nos encontramos con situaciones absurdas, solo hace falta ver esos perros
asesinos sedientes de sangre, en lo que la idiotez de los protagonistas hace
que me pregunte si Oren Peli lo único que quiere es tomarnos el pelo.
Muchos os preguntaréis que me esperaba de una película así y
yo os digo que nada, no voy a negar que fui a verla con muy pocas esperanzas y
que desde el principio tenía la corazonada de que se podría salvar muy poca
cosa. Y es que cuando una película se parece tanto, por no decir que es una
copia barata, a Las colinas tienen ojos está claro que en ella no va a
haber nada bueno.
Mike es un joven que persiguiendo el sueño americano, y tras
varios trabajos duros, se introduce en el mundo de los strippers masculinos en
clubs para mujeres, todo gracias a un joven bailarín llamado Adam. Allí Mike
descubrirá el mundo de las fiestas con mujeres guapas, sexo fácil y dinero
rápido, un mundo adictivo pero con su lado oscuro.
El nombre de Steven Soderbergh nos suena a todos los que nos
interesa un poco el mundo del cine. Durante los últimos años se ha criticado la
mediocridad de las últimas películas de un director que aún no ha conseguido
superar su ópera prima, Sexo, mentiras y cintas de vídeo, que lo
encumbró en el festival de Cannes allá por 1989 .
Magic Mike es una película sobre strippers guaperas
que todas las noches se dedican a lo mejor que saben hacer: bailar. En una
película de este tipo está claro que los cuerpos de nuestros protagonistas son
una parte importante y fundamental y por ello Soderbergh se ha rodeado de
actores que sin duda contribuirán a que el público femenino corra al cine a ver
sus cuerpos musculosos. Entre los actores encargados de hacer esto están
Channing Tatum, Alex Pettyfer y Matthew McConaughey.
Pero no todo en Magic Mike consiste en enseñar
musculos y cuerpos aceitosos, en ella Soderbergh también muestra la parte más
humana de unos personajes vistos por su ambiente como meros objetos. Con el
personaje de Mike se nos muesta las ganas de abandonar un mundo oscuro y que ya
no le llena lo suficiente, por otra parte Adam ve en este mundo una oportunidad
de hacer dinero fácil y decide aprovecharla sin pararse a pensar las
consecuencias. Channing Tatum no es un actor por el que sienta afinidad, ni
mucho menos, pero hay que reconocer que Soderbergh consigue sacar lo mejor de
él en una película en la que gran parte del peso dramático recae sobre él. En
cuanto al resto del elenco cabe destacar a Alex Pettyfer y a Matthew McConaughey
que interpreta al carísmatico dueño del pequeño local de strippers cuya única
obsesión es expandir su negocio.
No voy a negar lo típica y lo llena de tópicos que
está la película porque esto es algo que se ve a primera vista, pero aún con
todos los tópicos y lo predecible que nos resulta nos encontramos ante una
cinta divertida, con unas grandes coreografías y que juega perfectamente con
varios géneros. Magic Mike no es redonda y está muy lejos de acercarse a
lo mejor de Soderbergh pero es una cinta valiente que se adentra en la parte
menos conocida y más oscura de un mundo desconocido para la mayoría.
Cuatro historias independientes con un escenario común: la
ciudad de Roma. En la primera, un matrimonio americano viaja a italia para conocer a la familia del prometido de su hija. En la
segunda, un italiano es confundido con una estrella de cine.
En la tercera, un arquitecto californiano visita Roma con sus
amigos, y en la cuarta, unos recién casados se pierden en la capital italiana, a la que han ido a visitar a
unos familiares.
A todos los que nos gusta el séptimo arte cuando se anuncia que Woody Allen está preparando una próxima película se nos ponen los dientes largos y se nos crea una extraña sensación entre la alegría y el miedo. Alegría por ver lo nuevo de uno de los directores más importantes del cine contemporáneo y miedo por saber que las cintas a las que nos tiene acostumbrados ultimamente el director neoyorquino no han conseguido el nivel que esperamos de él. No hace falta decir que aunque sus últimas cintas no están al nivel de Annie Hall o Delitos y faltas pero no dejan de ser películas divertidas y que, con sus más y sus menos, todo el mundo disfruta.
Si algo tiene Woody Allen, y no voy a meterme a defender a estas alturas su gran don y capacidad para la dirección porque eso es algo que está más que claro, es que sabe rodearse de grandes actores para contar sus historias. En esta ocasión los elegidos han sido Alec Baldwin, Roberto Benigni, Penelope Cruz, Greta Gerwig, Jesse Eisenberg y Ellen Page entre otros. En A Roma con amor tenemos la suerte de volver a ver a Allen protagonizando una de sus películas y haciendo, una vez más, de sí mismo en una cinta en la que expresa y transmite su preocupación sobre la vejez o el estancamiento creativo. Desde el primer momento en que aparece su personaje conecta con el público, no sólo por haberse reservado los mejores diálogos sino por la energía y gracia que desprende.
En la película se cuentan cuatro historias y es aquí donde reside parte del problema. Hay dos grandes historias que son en primer lugar la protagonizada por Allen y en segundo lugar la que protagonizan Jesse Eisenberg, Alec Baldwin y Ellen Page; y hay otras dos historias, una de ellas protagonizada por Roberto Benigni y la otra con Penelope Cruz que no sólo se hacen aburridas sino que lo único que consiguen es lastrar el filme. Tras ver A Roma con amor más de uno querrá visitar Roma y deseará que le pase alguna de estas divertidas historias y otros, como es mi caso, desearemos tener algún día un suegro como Woody Allen.