‘El Hobbit: Un viaje inesperado’ – Peter
Jackson, 2012
Once años nos separan desde la primera vez que Peter Jackson decidió mostrar al
público los secretos y criaturas de la Tierra Media. Tras el incuestionable éxito que obtuvo la trilogía
de El Señor de los Anillos, tanto de
taquilla como de crítica, Peter Jackson nos vuelve a llevar de viaje por la Tierra
media en la adaptación de El Hobbit: la
historia de Bilbo Bolsón; que en compañía del mago Gandalf y de trece enanos,
emprende un viaje a través del país de los elfos y los bosques de los trolls,
desde las mazmorras de los orcos hasta la Montaña Solitaria, donde el dragón
Smaug esconde el tesoro de los Enanos. Finalmente, en las profundidades de la
Tierra, encuentra el Anillo Único, hipnótico objeto que será posteriormente
causa de tantas sangrientas batallas en la Tierra Media.
Un
viaje a los orígenes de la Tierra Media y de algunos de los personajes más
característicos de la saga de Jackson, así se podría definir El Hobbit: un viaje inesperado. Como no
podía ser de otra forma nuestra aventura comienza en ese lujoso agujero en la
tierra llamado Bolsón Cerrado. La vuelta
a Bolsón Cerrado ejerce de prólogo para situarnos en el tiempo y conocer a los
que serán nuestros acompañantes durante los –larguísimos- 170 minutos de
metraje.
Hay
que empezar diciendo que esta es una película que a los que no son fans de la
saga puede llegar a aburrir, y que Peter Jackson se ha excedido en varios
aspectos pero, sobre todo, en algo que se vuelve muy cargante: la duración.
Las
ganas de hacer taquilla le han llevado a dividir un libro mucho menor que
cualquier tomo de El Señor de los Anillos
en tres películas y eso, aunque como elemento de marketing funcione, hace que
más de uno nos llevemos las manos a la cabeza.
Una duración propiciada por el empeño de Jackson en alargar escenas que
no tienen una importancia trascendental en la historia. A esa excesiva duración
hay que añadirle la sensación de estar viendo escenas repetidas o que ya hemos visto en alguna de
las películas que forman la trilogía de El
Señor de los Anillos. Todo nos suena ya, desde las localizaciones
hasta algunos planos prácticamente
clonados de anteriores películas.
El Hobbit: un viaje inesperado está
hecha por y para fans, esto es así. Y este es un aspecto que juega en contra de
la vuelta de Peter Jackson a la Tierra Media.
Los que no simpaticen con la anterior trilogía de Peter Jackson se
pueden ahorrar el dinero y el largo y frenético viaje que proporciona la cinta.
Peter Jackson es director de cine, pero no siempre los directores de cine
hacen milagros.
Por
mi parte, volver a ese mundo fantástico creado por Tolkien y llevado a la
pantalla por Jackson es siempre un placer.
Martin Freeman es el encargado de ponerse en la piel de Bilbo Bolsón, y
el actor británico ofrece una lección de carisma de la que los hobbit de las
anteriores películas podían tomar nota.
No
obstante, y aunque siempre es un placer volver, el viaje por la Tierra Media se
hace a veces pesado, lento e incluso letárgico y aunque haya escenas de acción
que ayuden a hacernos el viaje más ameno –se nota la mano de Guillermo del
Toro como productor en algunas escenas- uno se acaba dando cuenta de que
Jackson ha sido excesivo. Pero luego aparece Gollum y lo arregla todo.
Tráiler
Nota: 7/10
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