martes, 13 de septiembre de 2011

'La piel que habito' : A mí no me vende la moto

'La piel que habito' (2011)


Desde que su mujer sufriera quemaduras en todo el cuerpo en un accidente de coche, el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, dedica años de estudio y experimentación a la elaboración de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla: se trata de una piel sensible a las caricias, pero que funciona como una auténtica coraza contra toda clase de agresiones, tanto externas como internas. Para poner en práctica este hallazgo es preciso carecer de escrúpulos, y Ledgard no los tiene. Pero, además, necesita una cobaya humana y un cómplice. Marilia, la mujer que lo cuidó desde niño, es su cómplice más fiel: nunca le fallará. El problema será encontrar la cobaya humana.


Cada vez que Pedro Almodóvar saca una nueva película el mundo se paraliza, sus fans hacen cola a la puerta de los cines para ver la última "genialidad" de su director favorito y los críticos de medio mundo afilan sus lapices babeando esperando para escribir sobre lo último del director manchego. Sobra decir que las cintas de Almodóvar tienen un estilo un tanto peculiar y que se encarga de hacer notar en todas sus obras, el mismo estilo que a unos encandila a otros-como es mi caso-  cansa y aburre. Al leer esto muchos os preguntaréis que si tanta manía le tengo a Almodóvar que hago yendo a ver su última película si sé que no me va a gustar, pues bien la respuesta es sencilla: había leído críticas en las que decían que por una vez dejaba a un lado su estilo tan personal para atraer a otro sector del público que no se siente familiarizado con él. En 'La piel que habito' Almodóvar hace un cóctel de géneros de lo más curioso y que en un principio fue lo que me llamó la atención. La mezcla de terror, drama y un toque de ciencia-ficción me llevó a acercarme a una sala de cine a darle una última oportunidad.


Aunque Antonio Banderas hace uno de sus mejores trabajos en mucho tiempo, aunque de cirujano loco a mi no me pegue un pelo, su trabajo se echa a perder con un cúmulo de situaciones ridículas que en vez de miedo lo que dan es risa. Almodóvar hace uso de un flashback para meternos un poco más en la historia y es justo en este momento cuando me olí todo el pastel y ese mismo olor fue el que hizo que mis esperanzas depositadas en lo último del director manchego se esfumasen en un abrir y cerrar de ojos. El guión no está del todo mal si nos olvidamos del último giro que pega en el tramo final de la cinta que hace que  resulte un poco más ridícula de lo que ya era antes. No voy a pararme a analizar los aspectos técnicos y de dirección  ya que sobra decir que nos encontramos ante un director que en esto último sabe lo que hace y en esta película lo demuestra una vez más, pero a mi su particular estilo y su empeño en colocar siempre un mismo tema de fondo, o parecido, ya me sabe a rancio.

Nota: 5/10




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